En el Monstruo de Colores, tal como pasa en el cuento, el monstruo se ha hecho un lío con las emociones y su cuerpo está lleno de colores. En El Monstruo de Colores los jugadores tendrán que colaborar para ayudar al Monstruo a reconocer sus emociones y entender qué le pasa. Por turnos, deberán tirar el dado que les permitirá mover al monstruo alrededor del tablero y recoger las fichas de las emociones básicas (alegría, tristeza, miedo, calma y rabia) que se tendrán que poner en los distintos frascos. Para obtener estas fichas, los jugadores deben contar una historia o experiencia relacionada con a emoción. Una vez compartida la experiencia, el jugador deberá elegir uno de los ocho frascos disponibles sin saber a qué corresponde. O bien le tocará una de las cinco emociones o bien descubrirá uno de los 3 líos. Si salen los 3 líos antes que el monstruo haya entendido las emociones… ¡Habrá que volver a empezar!
Por suerte, los jugadores cuentan con la ayuda de Nuna, la amiga del monstruo que también sabe como poner orden en las emociones. Cada vez que un resultado del dado muestre su cara, Nuna se desplazará a la casilla donde se encuentre el monstruo y volteará uno de los tarros con los líos. Los jugadores deberán tener buena memoria y recordar donde están los tarros con las distintas emociones si quieren ganar la partida.
Tanto pequeños como adultos pasarán un buen rato ayudando al monstruo a poner orden entre sus emociones. Pero al mismo tiempo, el juego invita a compartir experiencias alrededor de las emociones básicas. Este espacio es ideal para que los pequeños se expresen abiertamente y compartan tanto sus momentos de alegría o calma como sus instantes de miedo, rabia o tristeza. De esta forma, mientras juegan descubrirán que, tal como le pasa al monstruo, las personas también podemos estar confusas sobre cómo nos sentimos.